La terapia dirigida o también conocida como terapia de blancos moleculares, es un tratamiento que apunta a los genes o a las proteínas específicas del cáncer, o a las condiciones del tejido que contribuyen al crecimiento y a la supervivencia del cáncer. Este tipo de tratamiento bloquea el crecimiento y la diseminación de las células malignas y, a la vez, limita el daño a las células sanas.

Los radiofármacos de blancos moleculares son únicos en su capacidad para detectar sitios bioquímicos específicos tales como los receptores y las enzimas. Las imágenes obtenidas por procedimientos nucleares, a menudo identifican anormalidades en etapas muy tempranas en la progresión de una enfermedad.  

En la industria farmacéutica, la expresión “investigación traslacional” se refiere al traslado de los conocimientos de la investigación básica al desarrollo de fármacos para el tratamiento de enfermedades. Estos estudios tienen carácter preliminar y preceden a los ensayos clínicos a gran escala, propios de la investigación aplicada y de la etapa final de la investigación para el registro y comercialización de un fármaco. La investigación traslacional es una investigación básica aplicada a las primeras fases del desarrollo de un fármaco, cuya finalidad es conseguir que los descubrimientos de las ciencias básicas redunden en beneficio de los pacientes.

La medicina nuclear cuenta con aplicaciones diagnósticas y terapéuticas importantes. La referencia a radiofármacos terapéuticos no implica un efecto farmacológico, ya que la molécula acarreadora del radionúclido (ej. anticuerpo, péptido, oligonucleótido, aptámero, etc.) se administra en una concentración muy baja (traza) de forma que no perturbe el sistema bioquímico, actuando como un simple dispositivo médico que transporta al radionúclido a un blanco molecular específico, donde la energía de radiación es altamente selectiva para detectar y/o eliminar a las células malignas. De hecho, a los radiofármacos aplica el concepto de “microdosis”, el cual se define como 1/100 de la dosis requerida para producir un efecto farmacológico, ya que por lo general también se aplican por ocasión única. Los fármacos aplicados como “microdosis” no requieren de estudios de genotoxicidad antes de ser aplicados a pacientes.

La investigación de nuevos radiofármacos dirigidos a la medicina nuclear traslacional es una opción muy conveniente para que el conocimiento científico generado tenga un impacto real en la Sociedad Mexicana.

En este sentido, el Laboratorio Nacional de Investigación y Desarrollo de Radiofármacos genera conocimiento científico de frontera y con ello tecnología radiofarmacéutica propia, que se transfiere para la producción y distribución de radiofármacos al sector salud nacional e internacional, contribuyendo indudablemente, al desarrollo de la ciencia, de la tecnología y de la innovación de la región y el país.